TORNEOS DEPORTIVOS: Fútbol 11, ayer día negro

[Mar del Plata - Enviado Especial]
  • Los chicos de fútbol juvenil tuvieron una semifinal para el olvido. Jugaron y complicaron hasta el final del primer tiempo. Después se cayeron y se descompensaron en el fondo. El 1-7 final lo dice todo.
El fútbol es impredecible por naturaleza, algo azaroso y muchas veces cruel. Solo a partir de esa premisa puede comprenderse la dura derrota sufrida por los Juveniles de Fútbol 11 esta mañana en el Club Atlético River, de Mar del Plata, por las semifinales de la divisional.
Solo así podrán encontrar consuelo los 16 futbolistas que componen el gran plantel dirigido por el Bocha. Y, cabe la aclaración, en este tipo de certámenes fugaces esa dosis de azar es aún mayor: si uno no se levanta con el pie correcto, el partido puede llegar a ser una pesadilla.
Algo de eso sucedió con los Juveniles. Porque el encuentro había comenzado favorablemente para Exaltación. Cardozo y Pérez Ricci llegaban al arco contrario y alteraban la tranquilidad del arquero rival con numerosos disparos. Los contraataques también eran peligrosos, los avances con pelotazos cruzados desde la mitad de la cancha se convirtieron en un dolor de cabeza para la defensa de Tres de Febrero, los robos de Nico Kinder en el mediocampo, “Titi” Campi desgastando el sector izquierdo del campo, el fondo bien parado y un arquero siempre seguro, eran los valuartes de un arranque esperanzador en River.
Pero el fútbol es así: una lotería, una ruleta rusa. Y Exaltación perdió. Perdió el respeto del rival luego de las innumerables ocasiones de gol desperdiciadas antes de los primeros 20 minutos. A partir de allí se produjo un quiebre irreversible. Tres de Febrero empezó a animarse y a jugar, a desarrollar su juego táctico y preciso, organizado y prolijo. Y así comenzó a hilvanar una goleada asombrosa, en la que la efectividad tuvo mucho que ver: cada vez que llegaron, facturaron.
Exaltación no se desmoronó hasta el ocaso de la primera etapa. Pero luego fue una sombra del gran equipo que clasificó a la final provincial, la defensa se desarticuló y las piernas empezaron a respirar por la boca. Se notó el cansancio y la fatiga producto del trajín de partidos en la última semana.
Cabe destacar la entereza de los jugadores del Bocha ante la abultada derrota. Los muchachos no golpearon a sus rivales, ni se desbocaron con el árbitro. Mantuvieron la compostura en todo momento y eso no es algo que suceda frecuentemente en los tiempos que corren. Los chicos soportaron la goleada con caballerosidad, reconociendo la superioridad física y táctica del rival de turno, que se perfila como el posible campeón de la categoría.
Pero no todo está perdido. Hoy, a partir de las 9 hs, Exaltación de la Cruz tendrá la posibilidad de colgarse la medalla de bronce en el cruce por el tercer y cuarto puesto, también en River.

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